sábado, 29 de agosto de 2015

Resumen del Protocolo de Kyoto

Los delegados celebran la aprobación del Protocolo en 1997. Hizo falta todo un año para que los países miembros de la Convención Marco sobre el Cambio climático decidieran que la Convención tenía que incorporar un acuerdo con exigencias más estrictas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La Convención entró en vigor en 1994, y ya en 1995 los gobiernos habían iniciado negociaciones sobre un protocolo, es decir, un acuerdo internacional vinculado al tratado existente, pero con autonomía propia. El texto del Protocolo de Kyoto se adoptó por unanimidad en 1997.


  • La principal característica del Protocolo es que tiene objetivos obligatorios relativos a las emisiones de gases de efecto invernadero para las principales economías mundiales que lo hayan aceptado. Estos objetivos van desde -8% hasta +10% del nivel de emisión de los diferentes países en 1999 "con miras a reducir el total de sus emisiones de esos gases a un nivel inferior en no menos de 5% al de 1990 en el período de compromiso comprendido entre el año 2008 y el 2012". En casi todos los casos, incluso en los que se ha fijado un objetivo de +10% de los niveles de 1990, los límites exigen importantes reducciones de las emisiones actualmente proyectadas. Se prevé el establecimiento de objetivos obligatorios futuros para los “períodos de compromiso” posteriores a 2012. Éstos se negociarán con suficiente antelación con respecto a los períodos afectados.
  • Los compromisos contraídos en virtud del Protocolo varían de un país a otro. El objetivo global del 5% para los países desarrollados debe conseguirse mediante recortes (con respecto a los niveles de 1990) del 8% en la Unión Europea (UE [15]), Suiza y la mayor parte de los países de Europa central y oriental; 6% en el Canadá; 7% en los Estados Unidos (aunque posteriormente los Estados Unidos han retirado su apoyo al Protocolo), y el 6% en Hungría, Japón y Polonia. Nueva Zelandia, Rusia y Ucrania deben estabilizar sus emisiones, mientras que Noruega puede aumentarlas hasta un 1%, Australia un 8% (posteriormente retiró su apoyo al Protocolo) e Islandia un 10%. La UE ha establecido su propio acuerdo interno para alcanzar su objetivo del 8% distribuyendo diferentes porcentajes entre sus Estados Miembros. Estos objetivos oscilan entre recortes del 28% en Luxemburgo y del 21% en Dinamarca y Alemania a un aumento del 25% en Grecia y del 27% en Portugal.
  • Para compensar las duras consecuencias de los “objetivos vinculantes”, el acuerdo ofrece flexibilidad en la manera en que los países pueden cumplir sus objetivos. Por ejemplo, pueden compensar parcialmente sus emisiones aumentando los “sumideros” –bosques, que eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera. Ello puede conseguirse bien en el territorio nacional o en otros países. Pueden pagar también proyectos en el extranjero cuyo resultado sea una reducción de los gases de efecto invernadero. Se han establecido varios mecanismos con este fin (véanse los apartados sobre “comercio de derechos de emisión”, el “Mecanismo para un desarrollo limpio” y la “aplicación conjunta”.
  •  El Protocolo de Kyoto ha avanzado lentamente: se encuentra todavía en lo que se conoce con el nombre de “fase de ratificación”, y es un acuerdo complicado. Razones no faltan. El Protocolo no sólo debe ser eficaz frente a un problema mundial también complicado; debe ser también políticamente aceptable. En consecuencia, se ha multiplicado el número de grupos y comités creados para supervisar y arbitrar sus diferentes programas, e incluso después de la aprobación del acuerdo en 1997, se consideró necesario entablar nuevas negociaciones para especificar las instrucciones sobre la manera de instrumentalizarlo. Estas normas, adoptadas en 2001, se conocen con el nombre de “Acuerdos de Marrakech”.
  • Los tratados internacionales deben tratar de conseguir un delicado equilibrio. Los que se proponen conseguir un apoyo general muchas veces no son lo bastante enérgicos como para resolver los problemas que tratan de solucionar (como se consideraba que la Convención Marco presentaba esa deficiencia, a pesar de sus numerosas y valiosas disposiciones, se creó el Protocolo con la finalidad de complementarla). En cambio, los tratados con disposiciones firmes pueden tener problemas a la hora de conseguir el apoyo necesario para que resulten eficaces.
  • Lo que ahora se necesita realmente es que el Protocolo consiga ratificaciones suficientes para entrar en vigor. Lo mismo que el Protocolo en general, esta materia es complicada. El Protocolo será jurídicamente vinculante cuando lo hayan ratificado no menos de 55 países, entre los que se cuenten países desarrollados cuyas emisiones totales representen por lo menos el 55% del total de las emisiones de dióxido de carbono en 1990. Ello no ha ocurrido todavía. El principal problema es que deben decidir adherirse más naciones industrializadas que se verán afectadas por los límites de emisión del Protocolo. Una segunda preocupación es que los Estados Unidos y Australia han manifestado que no apoyarán ya el tratado. 

miércoles, 26 de agosto de 2015







lunes, 24 de agosto de 2015

los tiempos de posmodernidad también a traído una serie de alternativas para reciclar en plastico en las ciudades estas son algunas de esas alternativas. tu debes escoger una para llevarla a la practica observa y llévala a la próxima clases 24 de agosto/15

miércoles, 12 de agosto de 2015

https://luisamariaarias.wordpress.com/2012/12/20/africa-geografia-fisica-y-politica/

GEOGRAFIA AFRICANA
POSICION ASTRONOMICA
Punto más al norte: Ras ben Sakka, Túnez (37°21′N 09°45′E).
Punto más al sur: cabo Agulhas, Sudáfrica (34°49′43.39″S 20°00′09.15″E).1
Punto más al oeste: Santo Antao Cabo Verde (14°52′N 24°44′O).
Punto más al este: isla Rodrigues, Mauricio (19°40′S 63°30′E).

Principales características geográficas[editar]
AFRICA NO POSEE LATURAS RELEVANTES MAYORES
Principales ecosistemas: Desierto del Sáhara, Sahel, Sabana sudanesa, Selva del Congo, desierto de Namib, desierto del Kalahari, delta del Okavango, Grandes Lagos, Sierra de Kenia, macizo Etíope y Gran Valle del Rift.

Principales islas y archipiélagos: archipiélago de Madeira, archipiélago de las islas Canarias, archipiélago de Cabo Verde, Bioko, Santo Tomé y Príncipe, Santa Helena, Madagascar, archipiélago de las Mascareñas, archipiélago de Zanzíbar, archipiélago de las Comoras, archipiélago de las Seychelles y Socotora.

Principales ríos: Senegal, Volta, Níger-Benue, Congo (el segundo más caudaloso del mundo), Orange, Limpopo, Nilo (el segundo más largo del mundo) y Zambeze.

Topografía de África.
Las mesetas del sur y del este tienen una altura media de 1000 m y raramente bajan de los 600 m.
La meseta sudafricana se encuentra rodeada por sur, este y oeste por grandes elevaciones de tierra que caen rápidamente en el mar. En este sentido parece un platillo invertido.

Está conectada hacia el noreste con otra meseta, ligeramente más elevada y con algunas características distintas. Su rasgo más sorprendente es la existencia de dos depresiones en forma de líneas, debidas principalmente al hundimiento de segmentos completos de la corteza terrestre, cuya parte más baja está ocupada por grandes lagos. Hacia el sur, las dos líneas convergen y dan lugar a un gran valle ocupado por el Lago Malawi.

miércoles, 5 de agosto de 2015





La 'agonía' de los siete ríos de Cali

Desperdicios de minería, desvío de aguas y diversos desechos acaban con las aguas de los afluentes.
La agonía de los 7 ríos de Cali
Bañarse en el charco del Burro o en Charco Azul, y otros remansos de los siete ríos de Cali, está en los recuerdos gratos y las fotos ya amarillas de muchos caleños de antaño. Pero ese privilegio natural está hoy sometido al riesgo de extinción.
El robo de sus orillas, el desvío de sus aguas para fincas, condominios o colegios, la incesante contaminación con basuras y aguas residuales, hacen que una ciudad con más de 150 metros cúbicos por segundo no sepa hoy cuál será la suerte del abastecimiento futuro.
Seis de los ríos, convertidos en caños, caen en el Cauca, que ya viene herido por la deforestación y el narcotráfico en territorio caucano. Y, así, una ciudad rica pasa por cortes de agua y sufre para responder a una sequía.
Estas son sus historias.

1) Al río Pance se lo toman todo
Sus aguas, fuente de turismo en Cali, llegan a la desembocadura sin que nadie se percate de su agonía y contaminación.
El río Pance, ese que atrae a miles de bañistas para darse un chapuzón, es el mismo que termina con aguas reducidas y turbias cerca de una autopista. Nadie ve ese final porque debería entrar a una propiedad privada en medio de espesos matorrales. Desfalleciente, tras sus 25 kilómetros desde su nacimiento en Farallones, a 4.200 metros sobre el nivel del mar, se une con el oscuro y contaminado río Jamundí.
En su nacimiento, entre los empinados picos de la reserva natural, el río, con el mismo nombre del corregimiento que atraviesa, sale desbocado con 2,1 metros cúbicos por segundo para chocar con la zona urbana de Cali y bajar a 0,8 metros cúbicos por segundo, según el área de Laboratorio Ambiental del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma).
En sus riberas no se respetan los 30 metros en cada margen, advierten expertos de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (Cvc). Entre Pance y la zona de La Vorágine hay por lo menos 30 edificaciones que se han levantado, algunas sobre el mismo río, como lo indica la Personería.
El Pance es el mismo que abastece 21 acueductos de 7.500 habitantes, pero del que se surten, según la Alcaldía, otros 50.000 moradores indirectamente y el que es utilizado por balnearios a pocos metros de su orilla. Hay hasta improvisados lavaderos de carros.
El río pasa por cuatro centros de recreación a donde cada fin de semana llegan de 30.000 a unos 60.000 bañistas, entre ellos, el Ecoparque Río Pance o Parque de la Salud, a lo largo de unos ocho kilómetros.
En la parte baja, colegios y universidades toman sus aguas, como lo señala la misma Personería. El panorama se complementa con quienes pernoctan en más de 2.000 espacios a lo largo de la ribera, mientras hay cabañas que ofrecen turismo ecológico.

Río Pance
Los fines de semana, al río Pance llegan cientos de personas para bañarse y compartir el paseo de olla. Juan Bautista Díaz / EL TIEMPO
Pero el río Pance, el del plan del sancocho de gallina en fogón de leña, pese a las recomendaciones de no hacerlo sobre su margen de protección, también recibe aguas residuales. Una planta de tratamiento de La Vorágine reduce el impacto, aunque el pasado 18 de julio un daño en la geomembrana afectó el caudal. Según Dídier Upegui, director de la Regional Suroccidente de la Cvc, la situación se corrigió a tiempo.
El personero Andrés Santamaría insiste en la voz de alerta del año pasado porque la agricultura y la ganadería en corregimiento Pance están deteriorando los suelos.
En la entrada al perímetro urbano, el Pance reporta aceites, grasas, fosfatos y turbiedad.
La directora del Dagma, autoridad ambiental de la zona urbana, Martha Cecilia Landazábal, ha sostenido que la recuperación de las cuencas es uno de los proyectos de esta Administración. El año pasado se sembraron 500 plántulas de guadua, a la altura del parque El Embudo.
"Al Pance lo veo muy seco en parte alta", dice la estudiante de filosofía Patricia Amaya, una de las visitantes, al señalar un río de piedras.
"El problema es que cuando vienen los turistas dejan basuras. No las arrojan en un depósito", señala Mauricio Patiño, morador de la vereda El Pato, donde las aguas, por estar en los Farallones, aún conservan su estado cristalino. "Falta que las autoridades hagan verdadera presencia, pues ni siquiera hay letreros para que la gente tome conciencia de no botar basura", anota quien se dedica a hacer esculturas, aprovechando la tranquilidad del bosque.
"Venimos del oriente de Cali a una zona más arriba de La Vorágine, a donde casi no hay visitantes. Nosotros sí recogemos la basura", dice Patricia Villareal, acompañada por sus cuatro hijos con edades entre 10 y 20 años.

"Pero al Pance lo que lo aqueja, además de que el turismo debe ser más controlado, es la deforestación", interpela Misael Reyes, campesino de 72 años que habita en El Pato.